El Sevilla de Marcelino, se impuso ayer al equipo jerezano por un 0-3 con un hat trick de Kanoute, demostrando una vez más que a pesar de sus años, todavía tiene mucho fútbol en sus botas, mucha calidad y mucha elegancia. Especialmente en su segundo gol, un tanto que dejó roto al Xerez. El Sevilla, que se había trasladado a esta ciudad con el propósito de jugar dicho partido en homenaje a un clásico en el fútbol que ha militado en ambos conjuntos y que ha decidido colgar las botas, y no es otro que Antoñito. Un partido bonito siempre por el hermanamiento que existe entre ambos y que demuestra como debería ser el fútbol, que aunque exista ese pique, pero no debería llegar a actos violentos como termina por concluir las actuaciones de determinados sectores radicales de no sólo estos dos equipos, sino de todos y cada uno de ellos.
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